Se encuentran dos amigos que hace mucho tiempo que no se veían.
😎 ¿Cómo estás? ¿Cuánto tiempo sin vernos?
– 😪 No estoy muy bien, estoy sin trabajo, me separé, estoy con depresión y veo todo negro.
😎 Qué pena, yo estaba igual que tú hace un tiempo hasta que encontré la solución a todos mis males y me cambió la vida.
– 😪 ¿Qué hiciste?
😎 Me compré un camello
– 😪 ¿Pero cómo?
😎 Claro, el camello hace todo por mí, me cocina, me cuenta cuentos, corta el pasto, me aconseja, me acompaña, hasta me ayuda con la inteligencia artificial…
– 😪 No te puedo creer…
😎 Es verdad…desde que tengo el camello cambió mi vida y ahora soy feliz.
– 😪 ¿Me venderías el camello? ¿Cuánto cuesta?
😎 Bueno, creo que realmente es lo que necesitas, te lo dejaría en el mismo precio que yo lo compré en US$ 5.000
– 😪 Pero eso es mucho dinero…
😎 Pero realmente los vale.
– 😪 Bueno, sacaré algunos ahorros que aún me quedan y te compro el camello.
Pasaron algunas semanas y se vuelven a encontrar
😎 ¿Cómo te ha ido con el camello?
– 😪 Pésimo, el camello que te compré ahí está en el patio de mi casa, no hace nada, sólo come y gasto mucho dinero en su alimentación, hace sus necesidades y duerme todo el día. Ha sido un fiasco…me siento estafado…
😎 A ver… para, para, para…Si me permites un consejo, te sugiero que no sigas desprestigiando al camello, porque así te va a costar mucho más venderlo…
🚫 ¿Será por esto, que los vendedores tienen mala fama?
El prestigio se logra con el tiempo y cuando el cliente siente que obtiene más de lo que ha pagado.
Incluso te recomendará con otros.
Al contrario, cuando la realidad es inferior que sus expectativas estarás en una deuda de calidad y se sentirá estafado.
🎙 Escucha la historia completa del camello en el episodio 328 del podcast Ventas B2B. Te dejo el enlace abajo en el primer comentario. 👇🏻