No elegir es una forma de elegir

No elegir es una forma de elegir

Todo lo que hacemos tiene consecuencias. Todas nuestras acciones tendrán sus éxitos o fracasos. Lo que somos, para bien o para mal, es el resultado de nuestras acciones anteriores.

En cierto contexto, algunas personas justifican su situación en el medio, a la familia en que les tocó nacer, al país, a la sociedad, etc. Sin embargo, son muy pocos los que se dan cuenta que, el punto de partida, el lugar y condiciones en las que nacimos, son sólo una condición de nuestra existencia. Lo demás, lo que hacemos durante nuestra vida, depende exclusivamente de las decisiones que tomamos o que no tomamos.

Muchas personas, se la pasan justificando hasta sus estados de ánimo, con las decisiones que ha tomado el resto. Son pocos los que se hacen cargo de mirar sus circunstancias como una consecuencia de sus propias acciones o inacciones.

Es cierto, que no todas las cosas dependen de nuestro actuar, hay circunstancias y situaciones que no dependen de nosotros, las acciones que no podemos controlar o que están lejos de nuestro ámbito de acción. Sería iluso pensar que podemos controlarlo todo. Lo que sí podemos hacer es reconocer aquellos aspectos de nuestras circunstancias que no dependen de nosotros y aquellos que sí dependen.

Por ejemplo, no podemos evitar que llueva. Nos guste o nos desagrade la lluvia, lloverá igual. No podemos hacer nada al respecto. No depende de nosotros, por más que nos quejemos. Lo que sí podemos hacer, es actuar frente al fenómeno natural de la lluvia, podemos abrigarnos, protegernos, salir con paraguas, caminar bajo techo, esperar a que pase, etc.

Hay personas que se la pasan sin decidir y sin tomar acción, justificando todo en los acontecimientos que están lejos de su ámbito de control. No decidir o no elegir, es claramente una forma de decidir o de escoger y lo peor de todo es que lloverá igual.

No se trata de ser temerario o irresponsable y tomar decisiones a tontas y a locas sin meditar en las consecuencias, pero tampoco podemos vivir temerosos de tomar decisiones por miedo a los resultados.

¿Qué es mejor? ¿Decidir y equivocarse o equivocarse por no decidir?

Los emprendedores deciden, aciertan y se equivocan, pero avanzan. Los temerosos y las víctimas, se equivocan menos, pero corren el riesgo de quedarse apernados a sus estados de ánimo quejumbrosos.

La diferencia entre un buen ejecutivo y otro que no lo es, es su capacidad y agilidad para tomar decisiones. En este sentido, eligen permanentemente y por lo mismo asumen riesgos, de equivocarse o de acertar. La idea es que la mayoría de las veces o en las cosas más importantes, las decisiones sean acertadas. Eso hace la diferencia.

Muchas veces se ha dicho que el problema de nuestras empresas son los mandos medios. Yo creo que es su incapacidad para asumir ciertos riesgos y tomar decisiones. En cambio, prefieren transformarse en muebles y navegar por el mundo de la burocracia y del status quo.

La dificultad para tomar decisiones, también afecta nuestra vida personal. ¿Cuántas veces hemos querido dar un cambio profundo a nuestras vidas?

Cambiarse de ciudad, renunciar a un trabajo, cambiarse de carrera, estudiar otra cosa, emprender un negocio, separarse, decir no, etc. Nos obliga a tomar decisiones relevantes. Nos obliga a elegir. ¿Qué hacemos? La mayoría de las personas se estresan tan sólo con el hecho de pensar que tienen que tomar alguna opción y por lo mismo, no la toman … han elegido no elegir. Pero se quejan igual y dejan que otros elijan por ellos.

Algunos caen conscientemente en la parálisis por análisis, para postergar sus decisiones…le estoy dando vueltas… (ese será otro artículo)

¿Cuál es la opción?: Elegir o no elegir, estando conciente de las consecuencias…

Las preguntas correctas y que nos pueden llevar a ser más proactivos son:

  • ¿Depende o no depende de mí?
  • ¿Cuáles son las consecuencias de no elegir?
  • ¿Cuáles son las opciones?
  • ¿Cuáles son las consecuencias de las distintas opciones?
  • ¿Hay otras opciones?
  • ¿Cuáles son los riesgos?
  • ¿Qué es lo peor que me podría ocurrir con cada una de las opciones?

Al final de cuentas y si es verdad aquello que nos contamos acerca de que queremos ser más felices … para avanzar en esa dirección, estamos obligados a elegir, a cada instante, en cosas menores y en cosas relevantes y dejar de echarle la culpa a las circunstancias.

A las víctimas de las circunstancias les pasan cosas …  a los protagonistas preactivos hacen que las cosas pasen.

¿Y tú que eliges?

=============================================================

Si eliges recibir más artículos como este, sígueme, suscríbete y conectemos.

Habitualmente escribo de emprendimiento, negocios, marketing y ventas B2B.

Cursos de Ventas B2B para equipos comerciales

Compartir en las redes

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

¿Quieres contactarme?

Completa el siguiente formulario, y me pondré en contacto contigo a la brevedad posible.

HomeGot to TopContact